lunes, noviembre 27, 2006

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... y todo pasó... y lo mejor de todo, es que ha salido y saldrá bien, porque no puede ser de otra forma y porque es lo que toca...

jueves, noviembre 23, 2006

fe

...esta noche he vuelto a recuperar o más bien a certificar que existen, que todavía quedan, personas buenas en este mundo... una persona que sólo me conoce desde hace un mes me ha demostrado que existe la generosidad... no ha dudado ni un segundo en ofrecerse a hacer algo que es un auténtico coñazo con tal de que yo pueda llegar antes a abrazarte, a consolarte y cuidarte... gracias, mil gracias...

lunes, noviembre 13, 2006

mi hogar

... se supone que es mi casa, que es mi hogar, que es mi gente, que es mi barrio, que son mis calles, mis tiendas, ... mi vida, pero cada vez que voy me siento extraña, como si ya nada fuera conmigo, como si mi sitio ya no fuese ese... o quizá nunca lo fué... llegué de rebote, sin buscarlo ni quererlo y quizá siempre lo vi como el lugar que no debía de ser, como la vida que no debía vivir... y cada vez que voy vuelvo con la sensación de que no es allí donde quiero acabar, que no es allí donde sería féliz... no me veo paseando por sus calles más de una semana seguida, ni yendo a los mismos bares todos los días... no consigo verme allí... quizá no consiga verme en ningún sitio... o quizá el sitio no sea tan importante, quizá sea más importante el momento y todo lo que le rodea... quizá allí no soy protagonista de nada, solamente mera observadora de vidas ajenas... o quizá el tiempo plomizo me afecte más de lo que creo... quizá esté en un impasse y esté a punto de llegar a mi hogar... mi hogar son tus brazos y tus besos y el resto, no cuenta.

miércoles, noviembre 01, 2006

todo cambia

Todo cambia. Mis amigos y conocidos, por ejemplo, cambian las cortinas del cuarto de estar como cambian de empleo, cambian de domicilio, cambian acciones ordinarias por bonos del Estado, o viceversa, y bicicletas por motos; truecan sellos, postales, monedas, los buenos días, ideas, opiniones; algunos itntercambian también sonrisas.

La bicicleta de Sumji, Amos Oz