jueves, noviembre 24, 2005

copiloto

Puede que no me guste correr tanto, dejarme llevar y que ya esté cansada de ser copiloto de tu amor, yo ya sé conducir y hoy fijo un rumbo nuevo a mi corazón, ya no hay marcha atrás, ni nada que hablar pues yo ya no soy copiloto de tu amor

Y no puedo engañarme, no voy a decir que no dolió, me robaste la risa mientras yo dormía, ¡valiente ladrón!,si todos tus abrazos fueron de mentira, ¿qué me estranguló?, ya no hay marcha atrás ni nada que hablar, pues yo ya no soy copiloto de tu amor,ni pienso viajar en el asiento de atrás, jamás.

septiembre

parece que fue ayer
la primera vez que yo te vi
tú estabas tan guapa
y no me parabas de sonreír
y no sé qué pudo ser
lo que me hizo pensar
que tal vez tú y yo
nos podríamos amar

septiembre
si vienes
nos podemos ver
septiembre
si quieres
podemos quedar
septiembre
si vienes
nos podemos ver
septiembre
si quieres
podemos quedar

martes, noviembre 22, 2005

querido amante desconocido

Quería que el principio fuese como un despertar juntos. Un día nos conoceremos y nos amaremos, y entonces cada día empezará así. Siempre el uno para el otro. De momento, te he inventado un nombre y un cuerpo, y tomo cerezas siempre antes de acostarme, como si me besaran tus labios. Si llegas con otro cuerpo y otros labios, me será difícil reconocerte, así que, por favor, preséntate como te he imaginado. Te envío estas palabras y la foto adjunta a un apartado de correos que he abierto para ti.

Querido amante desconocido, Julia Frías

jueves, noviembre 17, 2005

cita

...si alguna obligación tenemos es la de tratar de ser lo más auténticos y felices que podamos... es una frase que leí en un libro, Viaje a ninguna parte de Fernando Fernan-Gómez. Trato cada día que sea mi lema, mi guía en este duro oficio de vivir. Ser yo, muy yo, al menos, lo intento :)

viernes, noviembre 11, 2005

amor cúbico

amor cúbico_Niza
YA NO TENGO MIEDO DE QUERER
DESDE QUE ESTÁS CERCA
NADA MALO PUEDE SUCEDER
Y CADA MINUTO JUNTO A TI
ES COMO SURCAR EN NUBES
TODO EL CIELO AZUL DE PARÍS

Y SI TE NECESITO
Y SI QUIERO TUS MIMOS
SÓLO TENGO QUE HACER ¡CHUP!
Y APARECES TÚ

Y AHORA YA NO NECESITO
ENFADARME MÁS CONTIGO
YA NO TENGO MIEDO
TÚ ME QUIERES
YO TE QUIERO
Y QUIERO
QUE BAILEMOS JUNTOS
QUE VOLEMOS
YA NO TENGO MIEDO
Y CUANDO SALIMOS DE PASEO
CREO QUE ME PIERDO
YA NO TENGO MIEDO
TÚ ME QUIERES YO TE QUIERO
Y QUIERO

miércoles, noviembre 02, 2005

peces de ciudad

Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d´Austerlitz.
Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.
Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.
En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la libertad,
pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar
y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va,
ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.
Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país donde los sabios se retiran
del agravio de buscar labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.
El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.
En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va,
ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un liguero de mujer.
Y cómo huir cuando no quedan
islas para naufragaral país
donde los sabios se retiran del agravio
de buscar labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.